ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE

El año 1992, estábamos en unas campañas evangelisticas donde me tocaba ser la intérprete, de Ingles a Español.   Dios se movía maravillosamente, en sanidades y milagros.   Sin embargo, mi cintura me dolía mucho, mucho, mucho.   

Amanecí ese día con fiebre y sin poder levantarme ya de la cama, mi hijo menor de pocos años al verme enferma llamó al 911.   La ambulancia vino a levantarme.

El problema era que mis riñones se habían fallado y estaba yo muy grave.   (esa sanidad ya es otra ramita de este testimonio)

En ese día tuve varias como sería…. convulsiones, mi cuerpo temblaba y saltaba y en ese momento…. lo que sería mi ser interior… yo misma… saltaba de mi cuerpo.

Cuando yo saltaba de mi cuerpo, y me veía fuera… yo era felicidad, amor, gozo, paz, todo lo bueno que existe de eso era yo… la felicidad era tan grande, era como que nunca senti dolor de ninguna clase en el mundo… eso era maravilloso!! mas que maravilloso, indescriptible majestuoso!

Somos nacidos en Cristo, y somos lo que Cristo es, así como tenemos los genes de nuestros padres terrenales, el ser espiritual nacido en el reino de Dios en Cristo, también es todo amor, todo paz, todo goz, toda felicidad, es maravilloso ese sentir.

Cuando salí de mi cuerpo, yo no miré para atrás en ningún momento, en ningún momento cruzó por mi mente que tendría que volver, toda la intensidad de la bondad y benevolencia de Dios, estaba viva en mi y por lo tanto…. YO ERA HECHA DE TODO LO BUENO DE DIOS.

Subí lo que parecía una montaña angosta, porque le miraba el otro lado solo era como una gran peña… alta muy alta y yo subía, yo era luz, la felicidad era parte de mi.   Miraba todo alrededor parecía un gran jardín, algo así como amazónico, con ríos y cascadas, verde y vivo, hermosisima a la vista, y seguí subiendo, con las manos extendidas, alzadas, felizmente libre de todo .

Cuando ya casi llegaba el final de la montaña un gran resplandor iluminó el cielo, mas de lo que ya estaba iluminado y se desprendió, era muy brillante, y esa gran luz resplandeciente, empezó a decender a donde yo estaba, y yo ya casi, daba el último paso para llegar a la punta de esta gran peña, que parecía mas bien una montaña.

La luz descendía y casi la tocaba con mis manos, yo sabia que cuando esa luz llegara a mi, iba a envolverme en si misma, porque era parte yo de ella, eso es lo que yo entendía en ese momento.

pero cuando ya estaba yo por dar el último paso donde ya no había mas peña, donde pisar, y la luz estaba a centímetros de mis manos que aun seguían alzadas….

Mi cuerpo salto otra vez, o no se,  supongo que asi fue porque aun temblaba, cuando  me regresaron a mi cuerpo 😦 😦 😦

Así duré ese día…. entre la vida y la muerte, tuve esa experiencia como 8 veces ese día nada mas…. cada vez… cuando ya estaba por dar el último paso, y casi tocaba la esplendorosa luz… me regresaron para atrás.

Ahora entiendo algunas cosas que suceden cuando morimos, y lo que somos, los que somos nacidos de nuevo en Cristo, por su palabra, por fe en Jesucristo.

Ahora no hay temor a morir, al contrario, espero es día con los brazos abiertos, se que el me regresó con un propósito, y he visto su gloria… maravilloso Dios.. que es digno de toda gloria, onra y alabanza..

Gracias Padre, por tu maravilloso poder, se que Tu eres el mismo ayer y yo por los siglos.    Amen

Margarita

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